Algunas de las manifestaciones y síntomas de la Neurosis son:








El egoísmo innato impedirá a la persona tener relaciones humanas cariñosas recíprocas y es, por lo tanto, la persona más sola del mundo. Hará cosas para atraer la atención y halagos. Buscará "aventuras amorosas" pero en vano. No podrá encontrar paz ni descanso en ningún lugar... y dirá que la causa de su situación es debido a su cónyuge, familiares, jefes o cosas, pero estas excusas solo son PARTE de la enfermedad, NUNCA LAS CAUSAS.
Profundizando un poco más, nos hemos dado cuenta que la naturaleza nos dotó de instintos para un propósito, sin ellos estaríamos incompletos, los hombres y las mujeres no se esforzarían por su seguridad personal, ni harían ningún esfuerzo para cosechar sus alimentos o construir su hogar y no podrían sobrevivir. No se reproducirían y la tierra no estaría poblada. Si no existiera el instinto social en los seres humanos, no les importaría la compañía de sus semejantes y la capacidad de vivir no existiría. Así, estos deseos de relación sexual, de seguridad material, tranquilidad emocional y compañía son perfectamente justos y además necesarios.
Sin embargo, estos instintos tan necesarios para nuestra existencia, nos dominan. Nuestros deseos sexuales, de seguridad material, de tranquilidad emocional, compañía, y de obtener una posición importante en la sociedad nos llegan a esclavizar. Cuando los deseos naturales se descoyuntan, el hombre se asemeja a un saco roto. Nada le llena y eso le crea graves dificultades. Puede decirse que todos los problemas emocionales son a causa de instintos mal encauzados. Cuando eso sucede los instintos se convierten en un riesgo físico y mental: el egoísmo.
La persona con problemas emocionales solo piensa en obtener a las personas y a las cosas que quiere. Este es un objetivo equivocado que está destinado al fracaso, por dos razones:


Descubrimos que vivir para nosotros, o sea para nuestra propia satisfacción, no era suficiente. Verdaderamente nosotros nos sentíamos infelices si lo hacíamos, e infelices si no lo hacíamos. Nosotros estábamos en un problema que empeoraba cada vez más, porque no conocíamos otra manera de vivir y no encontrábamos una salida. Algunos de nosotros recurrimos a médicos, otros nos acercamos a la religión y así, a muchos caminos que no nos sirvieron porque nos faltaba algo.
En primer lugar, las personas a las que recurríamos no nos comprendían, no habían vivido lo que nosotros estábamos viviendo y se concretaban a consolarnos y a aconsejarnos.
En segundo lugar, no teníamos el deseo sincero de modificar nuestro comportamiento. Sin embargo, sólo pudimos empezar a llevar una vida feliz a partir del momento en que aceptamos que los que estábamos mal éramos nosotros. Después, poco a poco, a través de experiencias que se van sufriendo, emerge de cada uno (en unos más paulatinamente que en otros) el deseo de cambiar.
¿A quién le agrada admitir esta amarga verdad?
Prácticamente a nadie, por supuesto. Todos nuestros instintos se rebelan. Es algo verdaderamente doloroso admitir que hemos torcido nuestros pensamientos hacia una manera destructiva de ser. Ningún fracaso es tan doloroso como este. El disturbio emocional (preocupación, compulsión, obsesión, exigencia, etc.), se convierte en un enemigo implacable que nos despoja de nuestra voluntad y terminamos haciendo aquello que incluso nosotros sabemos que está mal, sin embargo no podemos detenernos: pueden más nuestras emociones que la razón.
Cuando aceptamos este hecho y decidimos asistir a las reuniones de Neuróticos Anónimos, nuestra Recuperación empieza, y comenzamos a disfrutar de una nueva manera de vivir.
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